Simulador de murmullos

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Código de Ankit Solanki

Cuando se produce un murmullo, cada estornino reacciona a los movimientos de los pájaros que lo rodean, lo que permite que toda la bandada se desplace rápidamente y cambie de dirección como una masa unificada. Los pájaros permanecen juntos, a veces separados por solo una distancia de un ala.

Piense en ello como una ola en un estadio deportivo, donde la acción de cada espectador (ponerse de pie o sentarse) es desencadenada por los espectadores adyacentes, creando un efecto dominó coordinado. De manera similar, el movimiento de cada estornino en una bandada está influenciado por sus vecinos más cercanos, y con cientos o miles de aves involucradas, toda la bandada parece moverse como una gran nube arremolinada.

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Más detalles sobre Murmuration

El fascinante movimiento coordinado de los murmullos de los estorninos está regido por principios de física y matemáticas que se asemejan a los que se observan en otros sistemas, como el comportamiento de los metales al magnetizarse o de los líquidos al transformarse en gases.

Cada ave sigue tres reglas simples: moverse en la misma dirección que sus vecinas, permanecer cerca y evitar colisiones. Estas pautas básicas ayudan a miles de aves a volar juntas sin chocar entre sí ni dispersarse en el caos. Es fascinante porque no hay un líder. En cambio, los movimientos de cada estornino están influenciados por las aves que están justo al lado, independientemente de lo cerca que estén físicamente. Esto significa que pueden cambiar rápidamente de dirección como grupo cuando es necesario, como cuando evitan a un depredador.

Esta idea fue modelada por primera vez en simulaciones por computadora con algo llamado el algoritmo Boids por Craig Reynolds en 1986, aunque al principio no estaba específicamente relacionado con las aves. Más tarde, en 2008, investigadores como Andrea Cavagna e Irene Giardina comenzaron a aplicar matemáticas similares a bandadas reales de estorninos. Utilizaron cámaras de alta velocidad para rastrear cómo se movían juntas estas aves y descubrieron que cada una interactuaba con un número fijo de vecinos, normalmente seis o siete, creando esos patrones fluidos y cambiantes que vemos.

Por lo tanto, cuando observas una murmuración, no estás viendo un comportamiento aleatorio de las aves, sino un fenómeno matemático complejo que ayuda a los estorninos a sobrevivir en la naturaleza.

Está bien mirar fijamente.

Los murmullos crean un efecto hipnótico cuando miles de estorninos se mueven al unísono, formando formas dinámicas y fluidas en el cielo. Estas exhibiciones aéreas sincronizadas cautivan a los espectadores con sus patrones elegantes y siempre cambiantes y la gran coordinación entre las aves. El espectáculo es un ejemplo asombroso de belleza natural y comportamiento colectivo.
Fotografía de Frank Schulenburg